UN RELOJ DE TREINTA MILLONES DE DOLARES
Antes de que Abraham-Louis Breguet fundara su negocio de relojería en 1775 había hecho una serie de conexiones con la alta sociedad gracias a sus estudios. La más alta de estas conexiones sociales fue sin duda la familia real francesa y, sobre todo, María Antonieta.
La Reina estaba fascinada con los relojes de Breguet y le encargó que hiciera un reloj que contuviera todas las funciones conocidas hasta ese momento. Breguet comenzó a trabajar en el proyecto en 1782. Fue terminado por su hijo en 1827. En ese momento, María Antonieta y Breguet ya estaban todos muertos.
Los relojeros de la marca Breguet se encargaron de hacer una copia del Breguet de María Antonieta.